Hasta hace unos años, nuestra forma de identificarnos con las demás personas era a través de nuestra identificación personal o identificación física, la cual se basaba en nuestros documentos de identidad, cédula o ID Nacional, pasaporte o licencia de conducción; la identificación física la complementábamos con datos como nuestra dirección, teléfono, fecha de nacimiento, correo electrónico, entre otros.
Con la revolución tecnológica las cosas han cambiado, se ha dado paso a una sociedad informática, definida por la gestión y el uso de los datos. Con el uso y acceso a Internet, la cantidad de datos personales existentes que compartimos en la red es muy grande.
Desde el momento que, a través de nuestro celular, Tablet, computador portátil o de escritorio, nos registramos en algún sitio, por ejemplo, Net‑flix, la información que compartimos es parte de la huella digital que estamos dejando en la red, es así, como normalmente registramos información personal, como: e-mail, nombre, teléfono, tarjeta de crédito, etc.