Las escuchas revelaron comunicaciones entre Figliomeni y promotores inmobiliarios de Toronto, identificados posteriormente como empresarios con amplios proyectos en el área. Ninguno enfrentó cargos penales. A pesar de ello, los registros muestran que Figliomeni siguió adquiriendo propiedades, sumando recientemente dos casas en la región de York por un valor total de 3,5 millones de dólares.
Documentos judiciales sugieren vínculos financieros entre empresas asociadas a Figliomeni y desarrollos inmobiliarios gestionados por Cal-Queen y Cal-Wood Developments Inc. Estas firmas recibieron transferencias por cientos de miles de dólares entre 2013 y 2016. Aunque no hubo cargos relacionados con estas operaciones, las empresas numeradas implicadas incluyen a Figliomeni como director.
Además, las investigaciones expusieron una conexión con Danny Di Meo, dueño de Caliber Homes, cuya oficina fue registrada durante la investigación. Di Meo negó irregularidades, destacando las medidas de cumplimiento ético de su empresa.
En 2018, Figliomeni medió en un conflicto entre Zzen Group, liderado por el magnate Vic De Zen, y otro desarrollador. Las llamadas telefónicas interceptadas muestran una discusión sobre un desarrollo en Vaughan que derivó en tensiones entre las partes.
Expertos alertan sobre cómo actividades como el lavado de dinero en bienes raíces afectan a compradores comunes. Las transacciones infladas pueden elevar los precios, complicando el acceso a viviendas asequibles en una ciudad ya costosa. Stephen Schneider, criminólogo, destaca que los bienes raíces son un canal atractivo para ocultar dinero ilícito mientras generan ingresos legales.
Figliomeni, quien emigró desde Calabria, Italia, continúa bajo sospecha por su vínculo con la ‘Ndrangheta, aunque ningún cargo en Canadá ha prosperado. Las investigaciones han expuesto grietas en la supervisión inmobiliaria, lo que convierte al mercado de Toronto en un punto crítico para flujos de dinero sospechoso.
Fuente y créditos
OCCRP