De acuerdo con el Departamento del Tesoro, esta red empresarial ha generado cientos de millones de dólares para las Fuerzas Quds, una división de la Guardia Revolucionaria que respalda a grupos como Hezbollah, Hamas, la Yihad Islámica y los hutíes. Con estas sanciones, Washington busca desarticular el sistema de transporte y venta de petróleo que financia actividades desestabilizadoras en la región.
La empresa Al Qatirji, sancionada previamente para facilitar transacciones entre el régimen sirio y el Estado Islámico, ha sido acusada de blanquear ingresos derivados de la venta de petróleo iraní a Siria y China. Estos recursos, según el Tesoro, terminan en manos de los aliados yemeníes del régimen iraní a través de operaciones en ciudades como Estambul y Beirut.
El subsecretario interino de Terrorismo e Inteligencia Financiera, Bradley Smith, destacó que Al Qatirji desempeña un papel clave en las actividades ilícitas de Irán y afirmó que continuarán las para limitar su capacidad de financiar redes terroristas.
Por otro lado, Estados Unidos ha instalado a Irán a colaborar plenamente con el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) y modificar su comportamiento respecto a su programa nuclear. Mientras que el presidente iraní, Masud Pezeshkian, negaba cualquier intención de desarrollar armamento nuclear, el Departamento de Estado expresó dudas sobre la disposición de Irán para realizar cambios concretos.
Washington mantiene su compromiso de evitar que Irán obtenga armas nucleares, subrayando la necesidad de cooperación total con la OIEA y destacando su coordinación con Francia, Reino Unido y Alemania para impulsar resoluciones contra Teherán en la próxima Junta de Gobernadores del organismo.
Fuente y créditos
Antilavado de Dinero