Corrupción y lavado de activos: una amenaza creciente en Latinoamérica

Un informe elaborado por el Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (GAFILAT) resalta la estrecha relación entre la corrupción y el lavado de activos, dos problemáticas que ponen en riesgo la estabilidad financiera y el desarrollo de la región.

La investigación, en la que participaron 17 países miembros, se basó en cuestionarios, estudios de casos y experiencias nacionales, permitiendo un análisis profundo de las tendencias y vulnerabilidades existentes. Los resultados posicionan la corrupción como la segunda mayor amenaza en la región, señalada por 15 de los 17 países, equiparándose con delitos como el narcotráfico y los fraudes fiscales.

El informe también evidencia un incremento en las prácticas corruptas durante la pandemia de COVID-19, principalmente en contrataciones y adquisiciones gubernamentales, donde se detectaron fallas en los controles anticorrupción. Además, el documento destaca el surgimiento de nuevos riesgos, como los delitos ambientales, que agravan la situación al vincularse con redes corruptas.

El doble impacto de la corrupción en el lavado de activos

El estudio examina la corrupción desde dos perspectivas: como fuente de dinero ilícito que requiere ser blanqueado y como una vulnerabilidad que debilita los controles institucionales.

Desde su faceta delictiva, la corrupción se manifiesta en sobornos, malversación de fondos, tráfico de influencias y manipulación de contratos públicos. Estas prácticas generan capital ilegal que se integra en el sistema financiero mediante esquemas de lavado de activos.

A nivel institucional, la corrupción debilita los organismos encargados de la prevención y fiscalización, reduciendo la eficacia de los controles internos y afectando la capacidad de respuesta de los sistemas antilavado.

El informe de GAFILAT identifica tres formas en las que la corrupción y el lavado de dinero están interconectados:

  1. Cuando el dinero obtenido ilícitamente a través de la corrupción necesita ser blanqueado.
  2. Cuando la corrupción facilita otros delitos que generan recursos ilegales.
  3. Cuando la corrupción actúa directamente dentro del proceso de lavado, permitiendo evadir controles.

Este vínculo complejo demanda estrategias multidimensionales para enfrentar el problema.

Estrategias y recomendaciones para combatir el fenómeno

Para hacer frente a estos desafíos, el marco de acción de GAFILAT, basado en las directrices del GAFI, establece cinco pilares fundamentales:

  1. Evaluación de riesgos nacionales: Cada país debe analizar sus vulnerabilidades y ajustar sus estrategias de prevención.
  2. Medidas preventivas: Implementación de mejores controles en instituciones financieras y sectores vulnerables.
  3. Fortalecimiento de la investigación: Capacitación y especialización en unidades de inteligencia financiera.
  4. Cooperación internacional: Coordinación entre países para enfrentar delitos transnacionales.
  5. Transparencia y beneficiarios finales: Registro de propietarios reales de activos para evitar el uso de empresas fachada.

El informe concluye destacando la importancia de fortalecer los recursos institucionales, mejorar la fiscalización del financiamiento político y promover la denuncia de actos corruptos. También enfatiza el papel clave de la sociedad civil y el periodismo en la supervisión y detección de irregularidades.

El combate contra la corrupción y el lavado de activos requiere un esfuerzo coordinado y sostenido, que combine el fortalecimiento de las instituciones, la modernización tecnológica y un cambio en la cultura de integridad. Solo así se podrá proteger la estabilidad económica y la democracia en Latinoamérica.

Fuente y créditos
Antilavado de Dinero

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